¿Qué vendemos?
Antes de continuar dejadme contaros una historia muy curiosa y que os hará reflexionar sobre lo que vendemos.
Entre otras cosas, Federico el Grande de Prusia, es conocido por implantar el cultivo de la patata durante su reinado. Se preocupaba por su pueblo y al ver las más o menos habituales crisis en los cultivos de trigo decidió implantar en el país un nuevo cultivo, el de la patata. Pero es difícil convencer a una persona para que deje de comer y cultivar una esbelta planta como la de trigo para que cultive un feo tubérculo que nace de la tierra. Tras los distintos intentos de implantación forzosa con multas y escarmientos decidió probar una nueva técnica; Prohibió el cultivo de la patata declarándola tubérculo real y de nobleza que sólo el rey podría cultivar. A su vez, plantó en sus tierras cultivos de patata y mandó vigilarlos las veinticuatro horas del día. Al convertirse en un producto exclusivo de la nobleza y además prohibido, empezó a llamar la atención, a gustar y pronto empezó su cultivo entre las clases inferiores a la nobleza, extendiéndose así por todo el país.
De este modo nos damos cuenta de que nuestro producto o servicio no es únicamente el propio, sino que la el conjunto de cosas que oferta nuestro producto o servicio y que lo rodean, crean una percepción.
Hemos de tener claro que la realidad es una cosa pero otra cosa muy distinta, o no, es la percepción de la realidad. El hecho de que no siempre coincidan es muy importante por dos motivos:
- Da igual lo bueno que sea tu realidad o producto si la gente no percibe que es así. En Nueva York, Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo, decidió ponerse a tocar en el metro pidiendo dinero. Esa misma semana había recaudado unos 300.000$ en entradas y aquel día no llegó a los 100.Un demostración similar fue la de Banksy, el artista callejero. Con esto, podríamos decir que lo importante es lo que la gente perciba de tu realidad.
“El marketing es una guerra de percepciones, no de producto” – Jack Trout
- Para que la gente tenga en mente mi producto o servicio como deseable no hay que cambiar el producto sino su percepepción. Es el caso de Federico el Grande o el de Ataturk, que para quitar el velo en Turquía decidió fijar su uso como obligatorio para las prostituas.
A la hora de vender e interactuar con nuestros productos debemos saber que podemos robar un banco con un plátano. La gente no actúa sobre el mundo, si no sobre como creen que es el mundo.
Si te has quedado con ganas de saber más sobre este tema lo siguiente a tratar es el efecto Placebo (solo la expectativa de que algo va a funcionar, hace que funcione)
Espero que os haya gustado si tenéis alguna duda o aportación no dudéis en dejarla en los comentarios. Estaremos encantados de responderos.
Comentarios
Una respuesta a «La percepción de lo que vendemos»
[…] Intriga. Para que el lector se quede párrafo tras párrafo debes de llamar su atención. Formula preguntas que él no pueda responder y que le llamen la atención. Hay un post muy interesante sobre esto, La percepción de lo que percibes. […]